La sordera súbita es una pérdida brusca de audición sin explicación. Esto ocurre por una alteración en los órganos sensoriales del oído interno y frecuentemente solo afecta a un oído.
Las personas con hipoacusia neurosensorial súbita suelen descubrir el problema al despertar por la mañana después de acostarse con una audición normal o al intentar usar el oído afectado con el teléfono. Algunas veces esta pérdida viene acompañada de otros síntomas como sensación de taponamiento, acúfenos, vértigos o inestabilidad.
Si nos ocurre esto es muy importante NO DEMORAR LA VISITA AL MÉDICO ya que se considera una urgencia médica debido a la importancia de tratarlo durante las dos primeras semanas desde el comienzo de los síntomas. A pesar de que aproximadamente más de la mitad de los pacientes recuperan parte de la audición de manera espontánea dentro de estas dos primeras semanas, tener un tratamiento adecuado lo antes posible aumenta de manera importante la posibilidad de recuperar la audición.
La pérdida súbita suele ser más frecuente en personas entre los 40 y los 60 años, aunque hay pacientes de todas las edades. Se estima que la hipoacusia súbita tiene una incidencia de 1 de cada 1000 habitantes al año. Es por eso que un rápido diagnóstico de nuestra audición puede marcar la diferencia para mantener nuestra salud auditiva.